Los cinco conceptos esenciales de la terapia farmacológica de la OMS para el dolor por cáncer son:
* Por vía oral.
* Por horario.
* Con la escalera.
* De manera individual
* Con atención al detalle.
El primer peldaño de la terapia para el dolor leve a moderado es el uso de acetaminofén, aspirina u otro AINE. Se pueden usar adyuvantes para aumentar la eficacia analgésica o bien para tratar síntomas asociados que exacerban el dolor y proporcionar una actividad analgésica adicional en los diferentes tipos de dolor.
Cuando el dolor persiste o aumenta, se le debe agregar al AINE (no sustituir) un opioide, como la codeina o la hidrocodona. Los opioides en este peldaño son comunmente administrados en combinaciones fijas con acetaminofén y aspirina, dado que esta combinación proporciona analgesia adicional (Weingart, Sorkness, y Earhart, 1985). Pero los productos con combinaciones fijas pueden ser de utilidad limitada por la dificultad para manejar cada medicamento por separado. Por ejemplo algunas combinaciones tienen un contenido bajo de opiode pero un contenido elevado de acetaminofén o de AINE, pudiendo producir toxicidad relacionada con la dosis del AINE.
Si el dolor es persistente o de moderada a severa intensidad debe tratarse con un opioide más potente o incrementando la dosis. La codeína, hidrocodona pueden ser reemplazados con opioides más potentes (usualmente morfina, hidromorfona, metadona, fentanilo o levorfano), como se describen a continaución.
El tratamiento para el dolor persistente relacionado con el cáncer debe administrarse por horario con dosis adicionales según la intensidad del dolor, pues la administración por horario mantiene un nivel constante de fármaco y ayuda a prevenir la reaparición del dolor. Cuando los pacientes con dolor moderado a severo son vistos por primera vez por el clínico deben iniciarse en el segundo o el tercer peldaño de la escalera.
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